sábado, 28 de julio de 2012

El principio del Centro (中心) en el Choy Gar Kuen (蔡家拳)


Uno de los principios esenciales del estilo Choy es el del centro. Este se encuentra arraigado en lo más profundo de la filosofía y el espíritu del sistema.
El principio del centro consiste en considerar que el éxito radica en encontrar el “justo medio” de todas las cosas, y de esta manera conseguir vencer cuando otros, que no han alcanzado este “balance”, sucumben. Elementos tan importantes dentro del Choy como el principio del triángulo, la filosofía de desplazamientos de la rata, el principio del tronco erguido entre otros, dependen de la correcta asunción y aplicación del principio del centro.

El centro como equilibrio físico.

Una de las aplicaciones más comunes del principio del centro, y quizás la más evidente es la referida al equilibrio físico del guerrero Choy, entendiéndose este como la “capacidad de mantenerse en pié, de desplazarse, bloquear, atacar sin perder el equilibrio”. Esta es una habilidad fundamental para cualquier arte de combate y el Choy Gar hace un énfasis sustancial en su desarrollo. Es condición indispensable desde el primer nivel haber alcanzado cierto grado de dominio de esta. El centro físico garantiza las “raíces” del árbol del Choy, el punto de giro sobre el cual se materializan los rápidos desplazamientos de la rata y la esencia del poder en los golpes y bloqueos, es sinónimo de enraizamiento y permanencia. Es por ello que una gran parte de los ejercicios llevados a cabo en cada entrenamiento están destinados a potenciar el centro físico del practicante del Choy. Es representado por la rata dentro del estilo, animal capaz de trepar, caminar por superficies resbalosas o estrechas, o lograr los accesos más insospechados.

El centro como equilibrio mental.

Otra de las perspectivas desde las que se aplica el principio del centro dentro del Choy es la del equilibrio mental. El guerrero Choy, debe ser capaz a través de su entrenamiento de mantener la calma (el centro, el equilibrio) en situaciones comunes o extremas. Las prácticas diarias deben tener un alto contenido de este tipo de entrenamiento ya que no son pocos los practicantes de artes marciales que (aún con buen dominio técnico) han fracasado al perder la calma y quedar paralizados o sobrereaccionar ante una situación dada. Se refleja a través del dominio de la ira y del miedo, del control de las reacciones. El centro mental está representado por la serpiente, animal de comportamiento preciso y taimado. Esta habilidad de hecho influye sobre el centro físico, ya que no es posible alcanzar el equilibrio físico del cuerpo si no se ha encontrado el centro mental.

Otras aristas del principio del centro.

El centro es también control, precisión, dominio de la mente y el cuerpo, sustitución de la inercia por el reflejo consciente, la reacción apropiada, el poder sobre uno mismo y sobre el espacio.
Otros ejemplos de la presencia de este principio en el trabajo técnico del Choy es el hecho de que las posturas no se realicen tan bajas como otros estilos (Hung Gar por ejemplo) con posturas fuertes pero que limitan el desplazamiento, ni tan altas como otros (Wing Chung por ejemplo) con posturas elevadas que facilitan la agilidad de los desplazamientos, pero reducen considerablemente la fuerza.
El amplio uso de la postura San Ko Ma o “caballo del triángulo” que hace énfasis en no desplazar el centro de gravedad del cuerpo hacia ninguna de las piernas.
Finalmente, el centro es asumir la vida con equilibrio, saber manejar situaciones difíciles sin perder el balance y por tanto la conciencia de qué es lo mejor.
En conclusión el “centro” es un estado físico – mental que una vez alcanzado pone al guerrero Choy en franca ventaja sobre sus oponentes, solo que no basta con desearlo, es necesaria la práctica permanente de los ejercicios que en el sistema están diseñados para potenciarlo.

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