jueves, 2 de agosto de 2012

El tronco erguido: La serpiente al acecho y la rata en alerta.


De una importancia vital para un guerrero Choy es la posición asumida durante el entrenamiento y por consiguiente el combate. Esta posición está regida por los principios filosóficos del estilo y posibilita un sinnúmero de recursos tanto físicos como psicológicos al practicante.
El tronco erguido refleja el principio de “la serpiente al asecho y la rata en alerta”, tomado del comportamiento de ambos animales en situaciones extremas. De esta forma cuando la serpiente se encuentra al acecho y ya lista para atacar, se yergue sobre su propio cuerpo asumiendo una posición que le permite maximizar la efectividad del ataque, así como afectar psicológicamente al contrincante.  Por otro lado, la rata, ante una situación de peligro, adopta una pose erguida, lo que le posibilita aumentar el alcance de sus sentidos y por tanto prever una agresión inminente.
Más allá del estudio del comportamiento de los dos animales sobre los cuales se construyó el estilo, el tronco erguido ofrece facilidades el guerrero Choy que pudieran definir la victoria en un enfrentamiento. Algunas de estas facilidades son físicas, como por ejemplo: el hecho de que mantener la espalda en posición erecta permite aprovechar mejor la fuerza de los músculos para-vertebrales incrementando considerablemente la potencia de los golpes y la firmeza de los bloqueos. El tronco erguido, además, facilita los cambios de piernas y garantiza la permanencia del cuerpo en una posición de centro que le permite ejecutar los rápidos y elaborados desplazamientos del Choy.
En el campo psicológico, el tronco erguido transmite poder,  seguridad y disposición, ya que hace al practicante sentirse de esa misma manera. Ante un contrincante un guerrero Choy lucirá calmado y tranquilo, pero sobre todo se  verá centrado y dispuesto a enfrentarse pues tiene dominio de la situación.
Otro beneficio de esta postura es que facilita el flujo de la energía desde el primer  vórtice de energía (chakra 1) hasta el séptimo, influyendo satisfactoriamente sobre el estado físico y anímico del practicante.
De esta manera, la posición del tronco erguido constituye un principio del Choy que debe respetarse y potenciarse, es por esto que se hace importante el cuidado de los practicantes de este estilo de la correcta posición de su espalda, recordando siempre la máxima de  “la serpiente al acecho y la rata en alerta”.

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